Entonces recibí una llamada el lunes por la noche de Dave Scott diciendo que el Gulf iba a disparar y que deberíamos tomar algunas fotos con el equipo. Ahora, siendo un experto en skim, me emocioné instantáneamente con la misión, aunque un poco escéptico de conducir 6 horas de ida y vuelta para skime en el Golfo... Sin embargo, estaba entusiasmado por patearlo, viajar con la tripulación y tenía grandes esperanzas. de anotar algunos buenos tiros. Procedí a cubrir mi turno en Alley-Oop, me comuniqué con mi amigo/empleado Danny Rodríguez, vi algo de fútbol los lunes por la noche y le di las llaves de mi tienda para que pudiera abrir por la mañana. Los Dolphins perdieron y con el intercambio de llaves de la tienda mi día siguiente cambió de una manera que nunca hubiera esperado.
Me despierto a las 5:30 am del día siguiente, preparo un poco de café, empaco algunos bocadillos y luego voy a empacar mis tablas. ¡Mierda! Los dejé en mi tienda y le di mi llave a Danny para que los abriera... Todos mis tableros de referencia estaban en la tienda. El tiempo apremiaba para emprender el camino, Danny estaba profundamente dormido en su casa y yo me vi obligado a agarrar mi viejo pescado. No te preocupes, pensé, amo mi pescado. Es un poco pequeño pero probablemente esté bien para algunas líneas de la costa del Golfo. Decidí hacerlo y ponerme en camino con mi único trineo rojo.
Mientras conducía en la oscuridad comencé a pensar en las posibles condiciones en las que estaría rozando y si mi pez estaría bien. Pensé que solía romper esa tabla, pero es entre 4 y 5 pulgadas más pequeña que la tabla que había estado montando durante todo el año. Pensé que estaría con el equipo y que habría muchas otras tablas para probar. Todo estuvo bien.
Después de un largo viaje, salió el sol y me encontré con Monster y Dave Scott para revisar el infame transatlántico de Boca Grande. Fuimos a una pequeña sesión y navegamos por algunos pequeños transatlánticos cerca de la playa. Conseguí algunos buenos, pero la tabla simplemente no flotaba como las demás. Probé las tablas Monsters Big Ass y definitivamente no iban a funcionar para mí. Nada se sentía bien. Empecé a darme vueltas un poco en la cabeza por no tener mis tablas. Me encuentro con el resto de los chicos; Zach y Blake Smetts, Boisclair, Akerman, Dan e incluso el bueno de Dion Davis. Decidimos que Boca no es el lugar y luego nos dirigimos hacia el norte, a un lugar donde Max y Zach habían marcado algunos buenos goles ese mismo día. Cuando llegamos allí parecía bastante divertido y todos lo cargamos.
¡Déjame decirte que no fue divertido, fue una locura! Algunas de las mejores olas del Golfo que jamás había visto. Un poco de agua estancada, una carrera dura por una cornisa, a través de algunas conchas, y un transatlántico que rompía rápidamente y que estaba avanzando por la playa. Realmente no es la configuración para una tabla pequeña y desconocida. Decidí que era un profesional y que de todos modos iba a hacer que mi tablero funcionara. Procedí a correr y conseguir algunas olas realmente divertidas. Mientras yo me movía el culo buscando olas divertidas, el resto del equipo destrozaba líneas épicamente largas. Simplemente no estaba en sintonía con mi antiguo tablero. Decidí probar todas las demás tablas de la playa y elegí algunas buenas, pero nunca lo sentí realmente. Me sentí mal. No hacer los tramos, caer donde normalmente no lo haría. Se estaba volviendo frustrante pero todavía estaba hojeando bien.
Busco otro bueno, consigo una buena línea en el bolsillo y luego trato de hacer un ollie/flotar sobre la tabla de Akermans viniendo hacia mí en la orilla. ¡Las cosas se ponen un poco borrosas y luego la barandilla de mi tabla se rompe y se me clava en la espinilla! Instantáneamente supe que algo malo estaba pasando. Recuerdo un viaje similar que terminó con una lesión para Zach en Cabo mientras caminaba a mi lado saliendo del agua sosteniendo mi espinilla junta. Sabía exactamente lo que estaba pasando.
¡Mi espinilla sonreía y escupía sangre para que todo el equipo la viera! Me enojé mucho y supe que era hora de ir a darme algunos puntos. Zach me llevó al hospital. 5 puntos, una vacuna contra el tétanos y toda la diversión y la espera que conlleva una visita a emergencias y estaba listo para regresar a Ft. Lauderdale. Mientras conducía de regreso a través de la oscuridad y el aguacero, reflexioné sobre la secuencia de eventos y me di cuenta de que definitivamente este era un buen día que salió mal.
Moraleja de la historia: ¡conoce tu carcaj, prepárate y ten siempre un juego de llaves de repuesto para guardar tus tablas!
